martes, 22 de noviembre de 2016

Te cuento un cuento de Navidad


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Me fascina la época de las fiestas de fin de año,  obviamente sin perder el sentido energético de la Navidad, y la importancia del balance de que siempre estamos dispuestos hacer , más las expectativas para el año próximo, tomando la parte adulta de la cuestión, pero internamente, nunca dejé de creer … incluso hasta me parece que todo se envuelve en un velo mágico.

Creo que lo que más me llama la atención es la mirada de los chicos, reflejo de la credulidad, la esperanza de encontrar en los arbolitos, el regalo traído por Papa Noel . Si, si, me dirán con ojos adultos : “ es todo un comercio”, pero elijo creer , me contagio de esa energía  dejándome llevar por el éxtasis de los brillos, las lucecitas de colores y me sumerjo en un mundo de cuentos fantásticos, duendes y renovada alegría.

Ya divorciada, siempre quise pasar la Navidad con mi hija, y cedía el Año Nuevo al padre, nos invitaron a la casa de unos parientes de mi cuñado a cenar la noche del 24, allá partimos, junto con mi hermana sobrinos y mi madre. Llegamos sobre la hora de preparar  todo y cuando ya estábamos casi todos sentados, viene un sr.  que nos presentaron como el padre del tío de mi cuñado ( ups)  y se sentó en la cabecera de la mesa… mi hija y yo nos miramos inmediatamente, con cara de ohhhh (sorprendidas es poco decir) . Vestido con una camisa y pantalón deportivo, este señor  tenía una barba larguísima casi toda blanca, al igual que su cabello  largo y aspecto bonachón  y panzón.  Pobre, pasamos toda la cena mirándolo.  Casi a las 12 de la noche, lo perdimos de vista.

Ya  puntualmente a la hora de brindar,  comenzamos con el conocido  ritual de todo lo que se hace habitualmente en una  noche navideña, cuando vemos que aparece Papá Noel a brindar con nosotros, con su carácterístico  ho ho ho….  Demás esta decir que  fue totalmente mágico el momento, y ni hablar cuando comenzaron a repartirse los regalos, luego con caramelos en los bolsillos, salió a repartirlo entre los chicos del barrio.

Si bien, mi cara de tonta no se borró un solo momento,  lo maravilloso  fue ver la cara de mi hija, que si bien ya sabía lo que tenía que saber,  tiene un carácter firme y es muy realista … (ojo, no digo más por si hay chiquitos por ahí) , ví en sus ojos  algo difícil de explicar, un nuevo “yo creo”,   en ese  renovado  brillo, de fe, esperanza, me hizo sentir más aún, lo que siempre sostengo “ todo es posible”,. Y sentí la emoción en sus palabras cuando me dijo:  “mamá!!! Cenamos con el verdadero Papá Noel?”

Hace algunos pocos años me enteré que este sr. Falleció, cuando se lo comenté a mi hija ya mayor de edad…no pude evitar una sonrisa melancólica cuando me dijo… “quien mamá? Falleció Papá Noel….?



Gracias una y mil veces gracias a este sr. Que ni siquiera recuerdo el nombre, pero  nos ha hecho el mejor de los regalos…. Una Feliz Navidad!!!!!


Laura Parrinello



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