miércoles, 19 de julio de 2017

Sé como un muerto...




Resultado de imagen para se como un muerto





Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente.

Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística. El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó:

--Querido mío, mi muy querido, acércate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro.

--¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro.

--Nada dijeron.

--En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos.

El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Después de unos minutos, volvió junto al maestro, que le preguntó al instante:

--¿Qué te han respondido los muertos?

--De nuevo nada dijeron -repuso el discípulo.

Y el maestro concluyó:

--Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros.

*El Maestro dice: Quien hoy te halaga, mañana te puede insultar y quien hoy te insulta, mañana te puede halagar. No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo más allá de unos y de otros.

Escribiendo para mí - 1


Resultado de imagen para mi niña interior


Hola, te pido que me escuches! 

Hola,  si, se que hasta parece ridícula esta conversación,  pero aunque haya pasado ya mucho tiempo, tengo la total necesidad que me escuches. Se que te han criado como una muñeca, una princesa dentro de un castillo de cristal, sin demasiado lujos pero, materialmente tenías mucho  más que otras niñas de tu entorno, los mejores vestiditos, zapatitos de charol, zoquetes con puntillitas, guantes y  eso si! las mejores muñecas y jueguitos de te. Todas las otras niñas del barrio querían jugar en tu casa, que era grande y cómoda.
Te gustaba ir a las clases de Danzas  y andar en puntitas de pie… pero lo que realmente te  fascinaba eran tus zapatos rojos de taco, y los gastaste de tanto usar, en clases, así como en casa.
El día  transcurría entre tus actividades reales y las realidades imaginarias, aunque nunca eran cuentos de princesas,  tenías otras inquietudes,  el universo era tu meta, claro hay que reconocer que a los 7 años leías de todo y muy bien, aparte de interpretar todo muy rápidamente, incluso : ciencia,  
Te acordás cuando querías ser astronauta?  Ese era tu sueño más preciado, claro, nadie entendía que a los 6 años quisieras algo que estaba más allá del arco iris, era lo que debía soñar toda princesa, aún no se había llegado a la luna,  eras una nena!  De dónde sacabas esos sueños, sólo reservados para unos pocos, y varones!! A los 6 años descubriste algo fascinante:  Viaje a las estrellas,  si! Te diste cuenta que alguien más soñaba con explorar el universo, descubrir nuevos mundos… y a tus manos llego la astronomía, aún sin comprender de  que se trataba
A tus 7 llegó otra realidad,  cómo cambió todo en tu vida!  Si bien nunca perdiste tus sueños,  comenzaron a haber pérdidas, tanto materiales como afectivas, el ambiente se tornó más denso,  junto con eso, épocas de zapatos rotos, y vestidos más humildes,  ya no había juguetes caros  ni casa grande, el único refugio fue tu mente, pero algo raro también pasaba con ella,  se había convertido en una fuente de tristezas y soledad. Lejos de comenzar a mejorar tu historia se iba complicando aún más.  Los cachetazos  de la vida fueron pasando de  desde las incompresiones  hasta no poder ni siquiera pensar en estudiar lo que querías, las enfermedades familiares y la situación económica que ello representaba.  De a poco fuiste cerrando tu probabilidad de llegar a esos sueños, el tiempo pasaba… no te hacías más joven… seguiste sobreviviendo como sea, luego vino el casamiento, no es que no lo hayas pasado mal,  sólo olvidaste los sueños, aunque no de soñar, lo que no te permitía ser feliz.
A los 28 pudiste conocer un observatorio, pudiste adquirir y demostrar tus conocimientos, pero eso tampoco fue la posibilidad de  cambiar tu rumbo, había otras necesidades, ya a los 30 pasaste por la puerta del Balseiro, tus lágrimas fueron como cataratas; allí tendrías que haber estudiado …
Luego todo se fue aplacando, pero había que lucharla, llegó la tarea que más te dio una nueva esperanza: Ser mamá!!! . Sin darte cuenta  esos sueños de pequeña se archivaron…y continuaste una vida sin sobresaltos, pero no te diste cuenta que  todo a tu alrededor se derrumbaba nuevamente, justo por tener “sueños pendientes”  y la convicción que jamás  te diste un espacio para cumplirlos. Y seguiste eligiendo mal. Perdiste un montón de oportunidades, afectos, y tantas más…diste prioridad a cosas que no tenían sentido,  hoy sin embargo , quiero pedirte una sola cosa. .. considero que es tarde para que con 57 años puedas ser astronauta o astrofísica… pero hay algo que para lo que todavía estás a tiempo…. Ser feliz. Toma todos esos sueños y transfórmalos para generar nuevos… para eso sí hay tiempo…
Hoy más que nunca, necesito pedirte algo desde muy adentro,  desde mi cerebro, pero principalmente desde el corazón. 
Perdón! Una y mil veces perdón, por acallarte, por reprimirte, por esconderte en un rinconcito y dejarte llorando por lo que podrías haber sido. Sólo te hago una promesa que hoy estoy dispuesta a cumplir! Enseñame nuevamente a ser feliz!  Prometo esta vez,  consultarte en cada paso que demos!  Vamos niña interna!  Aún tenemos tiempo, aunque sea sólo unos minutos!!



Lara Heiwa
Mi diario personal